viernes, 17 de septiembre de 2010

El Hogar Perdido

Esperaba la muerte serena a la orilla de la playa desierta, unas conchas y arena mantenían distante la efímera espera de una vida plena.
Un insecto volaba en la cara y la esperanza huyó a la parte oscura de la Luna.

Entonces me levante y grité e hice explotar mis pulmones, destruí el tiempo y los segundos se hicieron lentos mientras caía en la duda de mi existencia.

Vi el mar abrirse y cobrar mi vida en minutos eternos, una vida vacía acabada en la orilla del mar y el repulsivo olor a felicidad que ya no habitaba en la costa. la muerte vino una vez más con su melodía incesante.

Y mi alma quise reincorporar, pero tarde fue y no volví más.
Olvidé el camino al único lugar seguro en el universo y a mi hogar no volví nunca más.

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